martes, 12 de octubre de 2010

Prefiero volar...



Alzó de nuevo el ave su vuelo, voló a aquel lugar que no recordaba pero que nunca pudo olvidar. Batida tras batida, ganando centímetros a la inmensidad del azul, subida tras bajada. Sin dirección aparente que tomar, sin motivos evidentes por los que volar, sin inquietudes visibles por las que emprender un nuevo viaje. Sólo el recuerdo, recuerdo de un ayer, recuerdo que incluso llegó a hacer daño, recuerdo que por algún motivo no pasó al olvido. El ave que voló a ninguna parte, aunque sus instintos pareciesen carentes de razón, aunque volase contra el viento...

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