lunes, 24 de mayo de 2010

Ningún cañón borrará...



Alto, detente, espera; ¿te has parado alguna vez a mirar lo que ocurre a tu alrededor? Son ya muchas las atrocidades que han cometido los hombres en nombre de dioses, ideales, banderas y engaños. Es el fanatismo de aquel que se creyó mejor que otro por rezarle a un supremo diferente o aquel que enarbolaba la bandera de distintos colores que la de su hermano. Las dos caras de la moneda, las dos caras de la vida, las dos caras de la guerra en las que uno lloraba la muerte del ser querido mientras que el otro, aún con las manos ensangrentadas, festejaba la muerte del "enemigo". Por ello, alza tu vista sobre tu propia ceguera, abre tus ojos. El derecho de vivir en paz...

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