domingo, 15 de noviembre de 2009

Calles de aquí...



Cuanto más se acercba su cuerpo a ella, más atrás quedaban todos sus miedos. Parecía que su respirar era suave bálsamo de antiguas heridas y cicatrices de la guerra del amor. Le prometió todas las olas del mar como el "Ruido" de Sabina, y juró también regalarle canciones del poeta Rodriguez. Los vieron deambular bajo la lluvia en la ciudad del viento del melancólico González, aquella noche de noviembre por la "calle del trueno" del viejo Springsteen. Mi canción cuenta otra historia, una historia diferente, una historia más. Mientras tanto, cerraré mis ojos, aguantaré mi respirar y esperaré...

1 comentario:

  1. "Ella le pidió que la llevara al fin de mundo,
    él puso a su nombre todas las olas del mar.
    Se miraron un segundo como dos desconocidos."
    Al fin y al cabo es lo que hay, mucho ruido...

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